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Construyendo puentes de agua: la red de monitoreo del Acuífero Guaraní

El Sistema Acuífero Guaraní (SAG) es una de las reservas de agua dulce más grandes y estratégicas del mundo, abarcando más de un millón de kilómetros cuadrados en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Acuifero Guarani

Un recurso compartido, un proyecto colectivo

El Sistema Acuífero Guaraní (SAG) es una de las reservas de agua dulce más grandes y estratégicas del mundo, abarcando más de un millón de kilómetros cuadrados en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. 

Este acuífero no solo abastece de agua potable a millones de personas, sino que también es esencial para actividades productivas como la agricultura, la industria y el turismo. 

Sin embargo, su gestión sostenible ha sido un desafío histórico debido a la falta de coordinación entre los países y la inexistencia de un sistema de información compartido. 

Para enfrentar este reto, la UNESCO, con apoyo de la Corporación Andina de Fomento (), el Fondo para el Medio Ambiente Mundial () y el Centro Regional para la Gestión de Aguas Subterráneas (), lidera el Proyecto de Porte Medio (PPM): “Implementación del Programa de Acción Estratégico del Sistema Acuífero Guaraní”. 

Este proyecto impulsa la cooperación transfronteriza y tiene como hito la creación de una Red de Monitoreo integrada que permite a los países recopilar, compartir y analizar información crítica sobre el acuífero.

La importancia de un observatorio compartido

Entre los expertos clave del proyecto se encuentra Nora Lucioni, doctora en Geografía y consultora especializada en sistemas de información geoespacial. Lucioni destaca que la Red de Monitoreo responde a una necesidad urgente: “Lograr la integración de datos entre los cuatro países y garantizar la interoperabilidad de los sistemas de monitoreo”. 

Hasta ahora, cada país trabajaba de manera independiente, utilizando metodologías y formatos de datos distintos. Este desorden dificultaba la comprensión general del estado del acuífero. El proyecto resolvió este problema implementando normas internacionales ISO 19110 (catalogación de datos geográficos) y 19115 (metadatos), diseñando un diccionario de datos unificado y estableciendo protocolos consensuados para la recopilación y carga de información. 

“Fue un proceso técnico y diplomático”, explica Lucioni. “Logramos unificar las terminologías en español y portugués, asegurando que cada variable sea interpretada de la misma forma por todos los países”.

El funcionamiento de la Red de Monitoreo

La Red de Monitoreo opera como un sistema centralizado donde los datos de los pozos de monitoreo de cada país son recopilados y compartidos. Estos datos incluyen información clave sobre: 

  • Información general (localización geográfica, lugar geográfico del emplazamiento, altura relativa, cuenca hidrográfica, propietario, uso del recurso -agrícola, industrial o doméstico-, entre otras variables). 
  • Datos hidráulicos (profundidad, altura de brocal, niveles estático y dinámico, caudal, entre otras variables) . 
  • Parámetros de monitoreo en tiempo real (temperatura, conductividad, presión, caudal). 
  • Parámetros de monitoreo fisicoquímicos. 

Cada pozo cuenta con metadatos que documentan su localización, características geológicas, historial y responsables de la información. Lucioni aclara que los metadatos son cruciales para garantizar la transparencia y trazabilidad: “El metadato es el dato del dato. Proporciona información sobre el origen y la calidad del dato, permitiendo a los usuarios finales –investigadores o gestores políticos– utilizarlo con confianza”. 

La plataforma incluye herramientas de ǰڱԳó que facilitan la visualización geográfica de los datos en mapas interactivos. Por ejemplo, se pueden consultar pozos individuales, ver su información detallada y analizar patrones a nivel regional utilizando mapas topográficos e imágenes satelitales. 

Actualmente, la Red de Monitoreo está en una fase de maqueta funcional. Esta maqueta simula el funcionamiento del sistema final, permitiendo a los países realizar pruebas, corregir inconsistencias y visualizar cómo los datos interactúan entre sí. “La maqueta fue diseñada para ser escalable y flexible, permitiendo la incorporación futura de monitoreo automático mediante telemetría”, agrega Lucioni.

Los desafíos del proceso

Armonizar información entre países con sistemas técnicos y culturas organizativas distintas fue uno de los mayores desafíos. Lucioni señala que fue necesario flexibilizar conceptos y promover un aprendizaje horizontal entre los equipos técnicos. “Logramos acuerdos entre los cuatro países para definir parámetros comunes y construir un sistema interoperable. Fue un ejercicio de cooperación sur-sur sumamente exitoso”. 

Otro reto fue la adaptación tecnológica. Muchos datos preexistentes debieron ajustarse a los estándares internacionales, requiriendo capacitación y actualización de las herramientas utilizadas. “Socializar la información con otros expertos y ajustarse a la familia de normas internacionales ISO 19100, que definen estándares y reglas para el modelado de la información geográfica, permitió superar estas barreras”, destaca Lucioni.

Un impacto positivo para la cooperación transfronteriza

La implementación de la Red de Monitoreo representa un avance significativo en la cooperación regional para la gestión del agua subterránea. 

Ernesto Fernández Polcuch, Director de la Oficina Regional de UNESCO Montevideo, subraya su importancia: "Este sistema promueve decisiones basadas en evidencia científica, fortaleciendo la gestión sostenible del acuífero y consolidando la cooperación regional entre los países". 

Por su parte, Miguel Doria, Hidrólogo Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe, destaca: 

"La Red no solo anticipa problemas como la sobreexplotación y contaminación, sino que también garantiza la transparencia y el acceso público a información crítica, un aspecto clave para la diplomacia ambiental".

Un futuro sostenible y replicable

El futuro de la Red de Monitoreo se enfoca en su autonomía y escalabilidad. Los países tendrán plataformas dedicadas donde podrán actualizar y gestionar los datos en tiempo real, garantizando su seguridad y accesibilidad. Además, este sistema podrá replicarse en otros acuíferos transfronterizos, sirviendo como un modelo de gestión colaborativa del agua. 

“Este proyecto simboliza la esencia de la cooperación internacional: unir esfuerzos técnicos, científicos y diplomáticos para garantizar la sostenibilidad de un recurso compartido tan estratégico como el Acuífero Guaraní. La Red de Monitoreo es mucho más que un sistema de datos; es un puente que conecta países, comunidades y futuros sostenibles”, ھó Ricardo Burg, Coordinador Internacional del Proyecto. 

Como concluye Lucioni: “Este proceso es la base de una infraestructura regional de datos espaciales, un esfuerzo conjunto que refleja el compromiso de los países por proteger y gestionar sus recursos hídricos de manera sostenible y transparente”. 

La Red de Monitoreo del SAG no solo contribuye a la seguridad hídrica de la región, sino que también fortalece la cooperación regional, posicionándose como un hito en la gestión sostenible del agua a nivel global.