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Hay que incluir a los docentes en los esfuerzos que se llevan a cabo en el proceso de regreso a las escuelas

El Equipo Especial Internacional sobre Docentes, la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo han elaborado las , que explican cómo apoyar de la mejor manera posible a los docentes y al personal pedagógico en el regreso a la planificación y a los procesos escolares.

Desde que la crisis del COVID-19 comenzó, los docentes han desempeñado un papel crucial en garantizar la continuidad pedagógica mediante el aprendizaje en línea cuando ha sido posible, así como al tomar en consideración el bienestar de los alumnos. Con el regreso a la escuela, los docentes, los directores de escuelas y el personal de apoyo escolar en general seguirán desempeñando un papel clave para crear entornos de aprendizaje seguros, ajustar los planes de estudio y de evaluación, y proporcionar apoyo a los alumnos marginados.

En consonancia con el ,  las orientaciones elaboradas por el comité UNESCO/Equipo Especial Internacional sobre Docentes/OIT presentan un conjunto de recomendaciones dirigidas a los encargados de formular políticas, al tiempo que reconocen la necesidad de que los diferentes países definan sus propias prioridades en función de los contextos nacional y local. Estas orientaciones explican cómo garantizar que los docentes y equipos educativos reciban la ayuda adecuada durante el proceso de regreso a la escuela. Entre estas orientaciones figuran:   

  1. Incluir a los docentes y sus organizaciones durante el proceso de planificación del regreso a la escuela

Los países deben garantizar que se escuchen todos los puntos de vista al planificar la seguridad en la escuela y definir las prácticas pedagógicas que permitan atenuar las pérdidas en materia de aprendizaje después de la pandemia. Se debe consultar a los docentes, al equipo educativo y sus representantes durante el proceso de toma de decisiones y planificación, incluido en lo relativo a los calendarios y procesos de reapertura de las escuelas en condiciones de seguridad.

  1. Garantizar la seguridad de los alumnos y de todo el personal docente en las escuelas

Las medidas tomadas para garantizar la seguridad y la salud de los alumnos y el personal docente en las escuelas deben adaptarse a los diferentes contextos locales, y las autoridades nacionales deben proporcionar a los docentes la información sobre los riesgos en el entorno escolar.

Los docentes y sus organizaciones de representantes deben involucrarse en los debates sobre cómo aplicar las en las aulas y en el ámbito escolar en general, en la elaboración de criterios de evaluación y en las normativas para reorganizar el aprendizaje en las aulas. También deben participar en la elaboración de medidas que hagan posible la distanciación social.

  1. Reconocer la importancia del bienestar psicológico y socioemocional de los docentes y del personal educativo

Con la reapertura de las escuelas, los docentes deben hacer frente a los riesgos sanitarios, así como al aumento de la cantidad de trabajo, debido a los nuevos métodos y a las dificultades que estos acarrean al impartir la enseñanza, para los que a menudo no han recibido la formación adecuada. Las autoridades nacionales deben velar por que los docentes y el personal educativo reciban un apoyo psicosocial continuo con miras a garantizar su bienestar socioemocional. Esto es algo esencial para los docentes, que deben proporcionar el mismo apoyo a los alumnos y a sus familias.

  1. Ayudar a los docentes a adaptarse a las nuevas condiciones de enseñanza

La participación de los docentes y de sus organizaciones representativas en los debates sobre el regreso a la escuela también es esencial para garantizar que los docentes y el personal educativo reciban una formación y los recursos adecuados para retomar la enseñanza en clases respetando las reglas de distanciamiento social.

Estos deben participar en las consultas nacionales sobre cómo identificar los objetivos educativos principales, reorganizar los planes pedagógicos y ajustar las evaluaciones al nuevo calendario escolar. Asimismo, deben ser consultados sobre las cuestiones vinculadas a la reorganización de sus aulas.

  1. Mantener las condiciones de trabajo de los docentes

Los esfuerzos para el regreso a la escuela pueden presentar dificultades en materia de recursos humanos y generar horarios y funcionamientos complicados. Los docentes y sus organizaciones de representantes deben participar en los debates sobre la elaboración de estrategias de contrataciones rápidas que tomen en cuenta las cualificaciones profesionales mínimas y protejan los derechos y las condiciones de trabajo de los docentes.

  1. Mantener o aumentar los recursos financieros

Con miras a garantizar la continuidad pedagógica, las autoridades educativas deben invertir en los docentes y en el personal educativo, no sólo para mantener sus salarios, sino también para proporcionar formación y apoyo psicosocial indispensables. Es importante que los gobiernos se opongan a las medidas que puedan perjudicar a la profesión docente o a la contratación de docentes no formados. Por otra parte, los gobiernos deben incitar a los proveedores privados a pagar los salarios de los docentes y de los otros miembros del personal educativo.

  1. Dar participación a los docentes en el seguimiento del regreso a la escuela

Es vital que se garantice un estrecho seguimiento y evaluación del regreso a la escuela para adaptar las estrategias y respaldar la toma de decisiones. Se debe consultar a los docentes y directores de escuelas para informar la elaboración de marcos destinados a mejorar y comparar los logros en el proceso de vuelta a la escuela.

Es posible descargar las orientaciones en (la versión en español estará disponible en línea próximamente).