Venezuelan family and access to education in Chile: "We thought we were going to have some kind of discrimination for being migrants, but it has been really nice"
The Chacín family arrived in Chile in 2018. Jesus arrived first in February and the rest of the family arrived in July, in the middle of the southern winter, after the end of the school year in Venezuela.
Like many, the family's first concern, apart from work, was the children's right to education. And although there were many fears and doubts, their experience has been more positive than they had expected.
"Leaving Venezuela was a tough decision," says Jesús, the father of the family. "We had to leave everything in Venezuela. We had to leave everything, sell everything so that we could come and make a new life as a family, start over. It was a very difficult decision, especially for the children, because it affects them a lot not to be in the same school, to have to make new friends.
And despite these difficulties, the Chacín family is now three years old in Chile. Pandemic and all, they say their stay has been pleasant and their decision to migrate was the right one.
Further information in Spanish:

¿Cómo ha sido instalarse en Chile?
Cuando yo me vine yo tenía familia en Chile, quienes ya estaban aquí hace dos años, mis hermanas, cuñados y sobrinos, quienes nos ayudaron a adaptarnos especialmente al clima de Chile, ya que mi familia llegó en pleno invierno.
Nosotros tuvimos esa ayuda de la familia. Al principio vivíamos todos juntos en una casa, como 10 personas, pero gracias a Dios yo y a mi cuñado conseguí un empleo a los tres días. Estuve 3 años en esa empresa, me adapté rápido, logré bastantes objetivos y cuando mi esposa llegó, la incorporaron a la empresa. Fue de mucha ayuda, ya que a los meses pudimos independizarnos, después de vivir con otras personas.
Luego de instalarse ¿Cómo accedieron a la información para entrar al sistema educativo en Chile
Nosotros vivimos en la comuna de Renca porque una de mis hermanas vive aquí. Ella ya conocía la zona, las escuelas y fue quien nos orientó sobre cómo hacer. Nosotros fuimos directamente a una escuela aquí y gracias a Dios logramos conseguir dos cupos para los niños.
¿Qué documentación les pidieron? ¿Cómo fue el proceso?
Tuve que ir al Ministerio de Educación. Llevé el pasaporte, los papeles de ingreso por la frontera. Nos pidieron la documentación de notas certificadas en el caso de Victoria nuestra hija del medio que iba a séptimo básico. Y en el caso de Samuel, el menor, nos pidieron la documentación que acreditaba que él había aprobado el kínder. Esos documentos debían estar legalizados por el Ministerio de Educación de Venezuela. Con eso nos dieron un número de identificación provisorio de educación.
¿Esto fue expedito? ¿pensaron que les iba a costar más?
Pensamos que iba a ser más difícil porque nos habían dicho que las postulaciones comenzaban en septiembre por internet y que los resultados llegaban por correo. Pero básicamente cuando fuimos a la escuela Lo Velásquez de Renca, tenían cupo y logramos inscribir a los dos niños menores. El acceso fue rápido.
¿Se sienten integrados a la comunidad educativa?
Victoria (la hija del medio): Yo tenía mucho miedo porque pensaba que no iba a hacer amigos y que me iban a discriminar. Pero fue todo lo contrario, hice muchos amigos y me trataron con mucho cariño. Me adapté bastante rápido.
A veces no entiendo algunas cosas, como palabras, hay temas que me costaron, cosas que nunca había escuchado. El sistema de educación es bastante diferente, me tuve que adaptar, pero me va bien y no he tenido ningún problema. Estoy feliz.
¿Sienten que ha sido una buena integración como apoderados?
Sí, hemos tenido el apoyo de la escuela, tanto de las tías (como les dicen aquí a los maestros) y del psicólogo de la escuela que habla mucho con nosotros.
Pensábamos que íbamos a tener algún tipo de discriminación por el hecho de ser migrantes, pero realmente ha sido muy agradable. Nos han apoyado mucho, están pendientes de los niños. De hecho en diciembre Victoria salió de la escuela básica y el psicólogo sigue pendiente de ella, preguntando como le va en la nueva escuela secundaria. Hemos recibido mucho apoyo de la escuela.
¿Es muy distinta la experiencia escolar en Chile?
Es diferente en ciertas cosas relacionadas con las asignaturas. También en Venezuela hay pocas escuelas con turnos largos, como acá, que es de 8 a 16 h. Allá tu ingresas a las 7.40 am y sales a las 12.20. Acá pasan el día en la escuela y reciben la merienda y su almuerzo.
De todo el proceso ¿mejorarían alguna cosa o el sistema funciona bien?
Yo como padre y mi esposa hemos sentido que hemos recibido mucha ayuda de parte de los tíos y tías y del psicólogo de la escuela.
Hasta ahora hemos recibido todo el apoyo. Cuando llegamos aquí mi hija recibió un notebook para hacer sus trabajos, ellos recibieron los materiales, los útiles escolares. En el caso de la Escuela Lo Velázquez de Renca, nosotros estamos asombrados porque es una escuela pública y tiene todos los servicios, incluyendo lo médico, les dieron lentes, todo lo que necesitaban, todo el apoyo la escuela se los da. Hasta ahora nos hemos sentido bien.
¿Qué importancia tiene la escuela y la educación en su proceso de integración?
Ha tenido una gran importancia, porque gran parte de la integración de los niños a Chile ha sido a través de la escuela. Es el mayor contacto que ellos han tenido con los chilenos, a través de ella. Ha sido agradable porque han sido aceptados por sus compañeros, por sus profesores. Las escuelas se han adaptado a la gran cantidad de personas venezolanas que han llegado. Nosotros hemos sentido ese apoyo y lo hemos recibido.
Además, hemos tenido el apoyo de apoderados que tienden la mano. Me ha pasado que he ido a la escuela a buscar las cajas de comida que nos corresponden y hay apoderados que me han regalado su caja: “Usted es venezolano” -me dicen- “quizás ustedes necesitan más la caja que nosotros los chilenos”. Me han regalado su caja aún yo habiendo recibido una.
Victoria Chacín, quien dejó la Escuela Lo Velázquez para entrar a la educación media, en pandemia, expresa el temor que tuvo al migrar y la experiencia que ha vivido en Chile: “Yo tenía mucho miedo y esperaba lo peor”, dice. Pero me adapté bastante rápido y me han dado muchísimo apoyo. Una de las cosas que más aprecio es el apoyo psicológico que tuve. En todos los aspectos estoy muy agradecida y me siento muy querida en este país”.