No se puede pensar en pensar sin pensar en pensar en algo

Seymour PapertMindstorms: Children, Computers, And Powerful Ideas, 2005

Antecedentes y fundamentos

Los seres humanos dependen de la información para la toma de decisiones. ¿Y si tuviéramos información perfecta, lo que significa que tenemos toda la información adecuada que necesitamos para tomar decisiones en el momento adecuado? Toda la información que necesitamos para la toma de decisiones complejas no siempre está disponible en el momento necesario; ni el cerebro puede procesar a la vez toda la información requerida en la toma de decisiones complejas. Algunos actores piensan que la tecnología informática como la Inteligencia Artificial (IA) puede darnos información perfecta. Sin embargo, hasta ahora, esto no es humana o tecnológicamente factible. 

No obstante, la IA impulsa muchos de nuestros usos más populares de la tecnología al recolectar, almacenar, procesar y analizar datos, y tomar decisiones o ayudar a las personas a tomar decisiones. La IA no es una herramienta única, sino un sistema colectivo de software, hardware, algoritmos, redes, etc.  Los algoritmos se encuentran entre los principales impulsores de los sistemas de IA. En el sentido más simple del término, un algoritmo se puede considerar como un conjunto de reglas o lista de instrucciones para completar una tarea o resolver un problema. En ese sentido, una receta podría ser vista como un algoritmo. En el contexto de las tecnologías digitales, los algoritmos indican a las computadoras los pasos a seguir para llevar a cabo tareas predeterminadas o cómo procesar datos y tomar decisiones basadas en determinados datos. Los algoritmos son escritos por programadores informáticos. Cuando muchos algoritmos se combinan en un sistema, pueden realizar tareas relativamente complejas o resolver problemas.

La IA se puede aplicar en muchos campos, desde el diagnóstico sanitario hasta los sistemas de comunicación. Los asistentes virtuales existen en línea y están integrados en herramientas tecnológicas para dar respuestas seleccionadas a muchas de nuestras preguntas, incluyendo cómo encontrar una ubicación o cómo decir algo en una serie de idiomas. Los robots se están volviendo omnipresentes. En situaciones de desastre, las aplicaciones de IA pueden ayudar a las agencias humanitarias a obtener suministros de emergencia para las personas que los necesitan con mayor urgencia. Los científicos utilizan la velocidad a la que la IA convierte los datos en información para abordar problemas complejos, y hacer descubrimientos como la secuenciación del genoma en mucho menos tiempo que antes. A medida que la IA se integra en un número creciente de soluciones tecnológicas, se ve como una tecnología de propósito general, una herramienta poderosa con un gran impacto en todos los aspectos de nuestras vidas. La gran pregunta es quién controla su desarrollo y despliegue, y para qué propósitos. Hasta ahora, son los países e industrias más poderosos los que, lógicamente, aspiran a proteger y promover sus propios intereses y perspectivas, que no necesariamente son los de los demás. La IA nunca es neutral: está diseñada para fines particulares por humanos con características demográficas y relaciones laborales particulares, y los algoritmos y conjuntos de datos siempre están sesgados de una manera u otra. A la mayoría de los asistentes virtuales se les da un género en particular, y las respuestas programadas que proporcionan reflejan ciertas visiones y sesgos del mundo. Las posibilidades de traducción de idiomas reflejan las lenguas dominantes, que no están en peligro, mientras que los robots están orientados al uso privado en lugar de público.

Los sistemas de IA típicamente demostrarán al menos algunos de los siguientes comportamientos asociados con la inteligencia humana: planificación, aprendizaje, razonamiento, resolución de problemas, representación del conocimiento, percepción, movimiento y manipulación y, en menor medida, inteligencia social y creatividad. (Nick Heath | Managing AI and ML in the Enterprise) Los sistemas de IA están manejados por algoritmos o conjuntos de instrucciones que pueden ser diseñados por humanos o por máquinas. Hay muchos tipos diferentes de IA, y no hay una sola definición. Este módulo describe diferentes dimensiones de la IA, incluido el aprendizaje automático, el análisis de big data, el reconocimiento de patrones y los sistemas cognitivos, y la diferencia entre la IA "estrecha" y la "IA general".

Sin embargo, el hecho de que las computadoras se puedan programar para copiar el "comportamiento inteligente" y tomar decisiones independientes es muy preocupante. Plantea preguntas sobre el control. Esto a su vez plantea cuestiones sobre la voluntad humana y la protección de los derechos fundamentales, incluidos los derechos a la libertad de expresión, asociación y trabajo. A las personas les preocupa si perderán aún más su libertad para elegir el tipo de contenido que quieren ver; si la IA profundizará aún más las burbujas de filtro y los silos de información; en última instancia, reduciendo la diversidad y pluralidad de voces y contenidos. 

El recurso de la UNESCO, Me sonrojaría si pudiera: Cerrar las brechas de género en las habilidades digitales a través de la educación (.) llama la atención sobre algunos de estos temas. Este recurso proporciona directrices de política para abordar la persistencia y la gravedad de la brecha de género en las habilidades digitales, y también analiza la “paradoja de la igualdad de género en las TIC”, que es la conclusión de la UNESCO de que los países con altos niveles de igualdad de género tienen las tasas más bajas de mujeres que realizan estudios avanzados en informática o temas similares. La publicación también destaca, por ejemplo, cómo la elección de los desarrolladores de productos para usar las voces de las mujeres jóvenes en los asistentes de voz de IA perpetúa los prejuicios de género perjudiciales, y ofrece recomendaciones para contrarrestar y revertir la ampliación de las brechas de género a través de y en la IA. Si bien algunos de estos asistentes de voz se están volviendo menos estereotipados, todavía solo atienden a un número limitado de idiomas hablados. 

El caso de “Cambridge Analytica” ilustra cómo la moderación y la selección del contenido impulsadas por la IA pueden afectar a los sistemas democráticos. El escándalo de “Cambridge Analytica” fue un caso en el que el Big Data se utilizó para influir en los votantes sin su conocimiento. En algunos contextos, la IA se ve como una herramienta para la vigilancia masiva. Las redes sociales y otras empresas de comunicación digital hacen un amplio uso de la IA. Las redes sociales proporcionan un estudio de caso de uso de cómo el aprendizaje automático avanzado impacta en la creación de contenido generado por el usuario, así como en las decisiones de mercadeo y compra, con implicaciones tanto negativas como positivas. En la educación, el uso del análisis de datos para perfilar a los estudiantes también se percibe como algo que tiene implicaciones positivas y negativas. 

Paralelamente, la falta general de transparencia en el diseño de los algoritmos y los datos a los que acceden sigue siendo motivo de preocupación. 

El "movimiento" Ético por Diseño busca mejorar el diseño de la IA de tal manera que combata el sesgo algorítmico. En el pasado, esto ha dado lugar a la elaboración de perfiles y estereotipos de las personas, por ejemplo sobre la base de factores como la raza o el origen étnico, el género o el idioma. "Mis datos me pertenecen" es otra coalición que busca ayudar a los consumidores y titulares de derechos a recuperar el control y la propiedad de los datos personales. 

Las oportunidades que proporciona la IA, junto con las preocupaciones éticas y sociales complejas, destacan la necesidad de equilibrar la innovación en la IA con un enfoque centrado en el ser humano y fundado en estándares éticos claros y metas sociales. Además, plantean la pregunta de qué tipo de conocimiento, destrezas y actitud necesitan las personas para involucrarse de manera intencional y crítica con los sistemas de IA. Estas competencias incluyen habilidades digitales técnicas como programación/codificación, así como competencias blandas directamente relacionadas con la AMI, como el pensamiento crítico y el compromiso cívico. 

Este módulo ayuda al lector a adquirir una comprensión básica sobre las operaciones técnicas y las aplicaciones de los sistemas de IA, así como el contexto económico y social. Sugiere cómo las competencias AMI pueden permitir un uso óptimo de la IA en las sociedades.