Son las siete de la noche en Montevideo y en el patio del Centro Cultural Alfabeta, en medio de un caluroso diciembre, Chabela Ramírez se sienta en una silla de madera, con una copa de agua en la mano y una mirada que parece atravesar el tiempo. A su alrededor, un círculo de rostros atentos la observa, esperando sus palabras en el marco de la Semana de la Equidad Racial en Uruguay. "La memoria no es sólo lo que recordamos, es también lo que nos han hecho olvidar", dice con voz firme. Y entonces, como si esas palabras fueran la señal de un latido común, alguien empieza a golpear suavemente un tambor, otra se suma con las palmas, y la voz de Chabela se alza, contando una historia que no está en los libros, pero que vive en cada uno de los presentes. “Yo quiero vivir la vida con lo que la tierra da, junto a mis seres queridos, cantar de felicidad, será posible”, con esa letra de Rubén Rada, ya no son ni dos, ni tres, sino decenas de personas que se suman a un coro liderado por Chabela. Una pequeña muestra de su camino en la cultura afrouruguaya.
Entre el barrio Palermo y la memoria viva de Ansina, resuena el eco de los tambores que marcaron el destino de Chabela Ramírez. Criada en el calor de la comparsa, aprendiendo a bailar candombe desde niña, su vida se tejía con los sonidos del repique, el chico y el piano, y con los relatos de sus mayores que hablaban de lucha, resistencia y orgullo. Isabel "Chabela" Ramírez (Montevideo, 1958) es una música y mujer activista afrouruguaya, figura del candombe y el carnaval uruguayo.
Desde la década del 70, su voz potente y su carisma conquistaron los escenarios del carnaval, llevando el candombe más allá del espectáculo y transformándolo en un acto político. Para Chabela, el tambor no solo era una expresión artística, sino una declaración de existencia de una comunidad que había sido invisibilizada por siglos. En los 80, profundizó su compromiso con la cultura afro, participando en comparsas como Concierto Lubolo, Sinfonía de Ansina y Estrellas Negras, mientras su mensaje por los derechos de las personas afrodescendientes se hacía cada vez más firme.
Visibilizar desde la cultura afro
La trayectoria de Chabela Ramírez como mujer activista afro-uruguaya no puede entenderse sin el contexto de su lucha constante por la visibilización de la comunidad afrodescendiente en Uruguay. Su arte y su activismo han sido herramientas de cambio, marcando una línea de resistencia y afirmación de la identidad afro en un país que, en sus palabras, ha invisibilizado su legado cultural.
Influencia del barrio Palermo en su identidad
El barrio Palermo, cuna del candombe, no sólo fue el escenario de su infancia, sino la base de su identidad. Chabela creció en un entorno donde el sonido del tambor marcaba el pulso de la vida cotidiana, un espacio donde la cultura afro luchaba por mantenerse viva en un Uruguay que relegaba sus raíces africanas a un papel secundario. Fue eso lo que marcó su camino para convertirse en una mujer líder de la afrocultura en Uruguay.
"El barrio Palermo fue mi cuna, mi escuela y mi escenario. Allí aprendí a bailar, a cantar, a tocar el tambor y, sobre todo, a entender la importancia de nuestra cultura. Crecí viendo a mis mayores mantener viva la tradición, muchas veces enfrentando el desprecio y la discriminación. Ese fue el primer lugar donde entendí que el candombe no era sólo música: era una forma de vida, un acto de resistencia", señala.
El Coro Afrogama y la casa de la afrocultura uruguaya, símbolos por la equidad racial
A lo largo de los años, Chabela no sólo ha sido una artista destacada, sino también una lideresa comunitaria. Su trabajo en la Casa de la Cultura Afrouruguaya y su rol en la fundación del coro de mujeres Afrogama son hitos de una trayectoria marcada por la reivindicación cultural y la lucha por la equidad racial.
"Uno de los momentos más importantes de mi vida fue cuando fundé el coro de mujeres Afrogama. Queríamos mostrar que las mujeres afrodescendientes teníamos voz y que nuestra historia también debía ser contada y cantada. También recuerdo con orgullo mi participación en la Casa de la Cultura Afrouruguaya, un espacio que representa la lucha por nuestros derechos y la preservación de nuestra historia".
Con esa visión de justicia histórica y reparatoria sobre los derechos de las personas afrodescendientes, Chabela ha participado en las actividades de reconocimiento de la cultura afro en el país, como la reciente Semana de la Equidad Racial 2024. "La Semana de la Equidad Racial no es únicamente un espacio de reflexión, sino una plataforma de acción que nos interpela a construir sociedades más justas e inclusivas. Esta iniciativa visibiliza el legado y los desafíos de las comunidades afrodescendientes y nos obliga a preguntarnos qué más podemos hacer para garantizar la equidad racial en nuestras instituciones y políticas públicas. Reconocer la memoria histórica, fortalecer la educación antirracista y generar espacios de diálogo intercultural son pasos fundamentales para avanzar hacia una sociedad verdaderamente democrática. En un contexto donde la discriminación sigue siendo una barrera para el desarrollo pleno de muchas comunidades, esta semana nos recuerda que la lucha contra el racismo no es un acto simbólico, sino un compromiso que debemos sostener todo el año, más allá del carnaval”.
El carnaval uruguayo es una de las manifestaciones culturales más importantes del país, y el candombe, con su raíz africana, es su expresión más profunda. Decenas de comparsas recorren las calles en febrero, mientras que personajes emblemáticos evocan las tradiciones de sus ancestros, haciendo de esta festividad una celebración de la memoria y la identidad.
Los barrios Sur, Palermo y Cordón son los epicentros de esta tradición, cada uno con su "toque" característico, que se distingue en la ejecución de los tres tambores fundamentales del candombe: piano, chico y repique. Esta sonoridad particular es una marca de identidad de cada barrio y un lenguaje de diálogo entre generaciones.
El candombe no es sólo parte del carnaval, sino una manifestación cultural arraigada en la vida cotidiana de Montevideo. Es un símbolo de resistencia, una forma de recordar y reivindicar el legado de los afrodescendientes en la sociedad uruguaya. Chabela ha sido testigo y protagonista de esta tradición, llevando su música y su mensaje más allá de los escenarios.
Derechos de la comunidad afrodescendiente y el rol de la cultura
Chabela ha sido una de las voces más firmes en la denuncia del racismo estructural en Uruguay. Para ella, la clave para un cambio real está en la educación y en políticas públicas inclusivas.
"La educación es clave. Necesitamos que en las escuelas se enseñe nuestra historia, que se visibilicen nuestras contribuciones y que se combata el racismo estructural. Un niño no nace racista, aprende a serlo. Cambiemos eso desde la base”.
Para Chabela, "el Estado debe asumir un rol activo en la inclusión de la comunidad afrodescendiente. No basta con discursos, necesitamos políticas públicas reales. Acceso a la educación, al empleo, a la salud. Que no se nos siga relegando a los márgenes."
Para Chabela, el arte ha sido una de las herramientas más poderosas para generar conciencia y transformación social. La música y la danza han sido medios para visibilizar la identidad afro y desafiar las barreras impuestas por el racismo.
"El candombe es nuestro grito de libertad. Es lo que nos mantiene unidos, lo que nos da fuerza y lo que nos permite seguir adelante, incluso cuando la sociedad nos intenta silenciar. Cada golpe de tambor es una historia, una memoria que nos conecta con nuestros ancestros y con nuestra lucha por la equidad racial".
Justicia social y derechos de las mujeres afro
Mireille Fanon, hija del influyente pensador Frantz Fanon, compartió en Montevideo con Chabela Ramírez durante las actividades de la Semana de la Equidad Racial 2024: “Es más importante que nunca fortalecer los lazos entre los movimientos afrodescendientes, pues solamente una lucha articulada podrá hacer frente a la avanzada del racismo institucionalizado y las múltiples formas de exclusión”. Fanon ha dedicado su vida a la lucha por la justicia racial, la descolonización y las reparaciones históricas para los pueblos afrodescendientes.
El testimonio de Fanon resuena profundamente con la experiencia de activistas como Chabela Ramírez, cuya vida y obra también han estado marcadas por la lucha contra la discriminación y la reivindicación de la cultura afrodescendiente. Al igual que Fanon, Chabela entiende la cultura como un espacio de resistencia y transformación social, donde el candombe no es sólo una expresión artística, sino un acto político que desafía la invisibilización y el olvido histórico. La lucha por los derechos de la comunidad afrodescendiente, tanto en Uruguay como a nivel global, no puede entenderse sin reconocer estas voces que, desde distintos territorios, han hecho de la memoria y la resistencia sus principales herramientas de cambio.
En el marco del comienzo del “Segundo Decenio por los Derechos de las personas afrodescendientes 2025-2035” Chabela Ramírez nos recuerda que la cultura afro es parte esencial de la identidad uruguaya y que el camino hacia la equidad se construye con memoria, con arte y con lucha. En un país donde la comunidad afrodescendiente ha sido sistemáticamente invisibilizada, su historia es un faro de resistencia y dignidad. Es la voz de una mujer activista afrouguaya, y eso, en medio del fuerte repique de los tambores, se hace sentir.
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