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¿Cómo la crisis de la COVID-19 afecta al sector cultura en América Central?

En América Central, los sectores de la cultura, el arte y las industrias creativas son algunos de los más afectados por las medidas sanitarias que han debido implementar los gobiernos. 

Con el cierre de todos los museos, teatros, bibliotecas, mercados, parques y atracciones turísticas y el movimiento de personas limitado, la crisis ha golpeado con fuerza la vida cultural y la industria del turismo en los países de Centroamérica.  El desafío financiero se refleja en que muchos trabajadores culturales y artistas han perdido sus fuentes de ingreso, además, la cancelación de todas las actividades causa dificultades especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que son el principal componente de estos sectores.

 

En Costa Rica, por ejemplo, el Ministerio de Cultura y Juventud realizó a fines de marzo una encuesta en línea para reunir información sobre los efectos de la pandemia en el sector cultural. Los resultados son alarmantes: el Ministerio estima que el 12.3% de los trabajadores encuestados vive en estado de pobreza o pobreza extrema, lo cual los pone en una situación especial de vulnerabilidad frente a los efectos de la pandemia. De acuerdo con este estudio, las principales preocupaciones económicas de las personas trabajadores del sector cultural y artístico son las siguientes: pérdida de ingresos derivada de cancelaciones (22%), incapacidad para cumplir con obligaciones con servicios públicos o estatales (16%), pérdida de empleo (12%) y la imposibilidad de cumplir con pagos de deuda y créditos (9%).

 

Estos datos han ayudado al gobierno y a los encargados de formular políticas a trazar un mapa más claro del sector en sus múltiples niveles, que en gran medida trabaja en la informalidad.  El resultado ha demostrado que la actual crisis tiene repercusiones en los diversos individuos de la industria cultural, donde la mayoría son empleados jóvenes con ingresos relativamente bajos e inestables. Costa Rica ha adoptado para ayudar a este sector.

 

A pesar de esto, muchos trabajadores creativos de todos los países de la región mantienen una actitud positiva y participan proactivamente en actividades en línea para transmitir su creación en forma digital y comunicarse con el resto de la sociedad. Los gobiernos también tratan de ayudar desde el plano normativo, buscando soluciones para proporcionar un mejor acceso a la cultura y la información pública y procurando extender ayudas sociales para los artistas y los trabajadores informales del sector cultural. En Panamá, por ejemplo, el Ministerio de Cultura ha lanzado el programa , que ofrece contenidos culturales a través de medios de comunicación masiva y redes sociales. Además, el Ministerio ha manifestado el apoyo a los grupos de profesionales de las artes y la cultura del país que se han visto afectados por la crisis, procurando que estas personas y sus familias tengan acceso a alimentos, medicinas y a servicios básicos como agua, luz eléctrica, aseo y servicios de internet. 

La pandemia también ha impactado el patrimonio vivo de todas las comunidades de la región. Por ejemplo, con la suspensión de los rituales religiosos de la Semana Santa y otras actividades tradicionales grandes y pequeñas, no solo está causando una pérdida económica, sino que ha afectado la cohesión social y las identidades culturales entre estas comunidades. Los migrantes son especialmente vulnerables con respecto a sus derechos culturales y el acceso a los recursos públicos durante la crisis.

 

Además de todo lo anterior, la UNESCO también ha estado coordinando con el SICA (Sistema de Integración Centroamericano) aspectos de educación y cultura. Actualmente los trabajos se centran en tres líneas principales: la inclusión de la educación y la cultura en el , la visibilidad de la cultura en la región a través de la plataforma digital y la integración de los esfuerzos intersectoriales.