Los productos y restaurantes desarrollados bajo GEOfood se basan en el conocimiento tradicional local de la producción, el intercambio de técnicas culinarias ancestrales y un enfoque único hacia el patrimonio geológico de cada lugar.
La UNESCO, a través de su Programa Internacional de Geociencias, reconoce estas iniciativas por su contribución a la protección del patrimonio local y a la promoción de sistemas alimentarios más sostenibles. GEOfood contribuye a esta dinámica destacando productos vinculados a la geodiversidad y apoyando programas educativos, como una iniciativa nacional en Portugal para escuelas primarias sobre alimentación sostenible y patrimonio local.
La narrativa es el núcleo de GEOfood: Queremos valorizar el conocimiento alimentario, las tradiciones culinarias y la conciencia geológica de las comunidades de todo el mundo.
Una variedad de pequeñas y medianas empresas ha contribuido a la expansión de GEOfood, con 120 empresas alimentarias participantes distribuidas en 26 Geoparques Mundiales de la UNESCO en 14 países: Brasil, Croacia, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Portugal, República de Corea, Eslovaquia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
La marca GEOfood solo puede ser utilizada por organizaciones que cumplan con los estándares medioambientales y de sostenibilidad, y que se centren en promover la biodiversidad y la geodiversidad, el uso responsable del suelo y el respeto por el patrimonio geológico y cultural de sus territorios.
A través de GEOfood, los paisajes, las culturas y las tradiciones culinarias se entrelazan en una historia compartida de sostenibilidad e identidad.
Al apoyar a las comunidades de los Geoparques Mundiales de la UNESCO, GEOfood fomenta una agricultura sostenible y preserva el patrimonio cultural y geológico. Es una demostración tangible de cómo las geociencias contribuyen al bienestar de la sociedad.
Descubre las empresas alimentarias de los Geoparques Mundiales de la UNESCO que utilizan el sello GEOfood:
Ostras de Flaggy Shore – Geoparque Mundial de la UNESCO Burren & Cliffs of Moher, Irlanda
En el Geoparque Mundial de la UNESCO Burren & Cliffs of Moher, los pescadores locales cosechan ostras de aguas de calidad A en las bahías cercanas a Flaggy Shore. Las colinas de piedra caliza que configuran el paisaje emblemático del Burren no son solo un decorado pintoresco; desempeñan un papel crucial en influir sobre el sabor y el crecimiento de las ostras. Debido a que el Burren tiene poca agua superficial, la mayor parte del agua de lluvia se filtra a través de ríos subterráneos y cavernas antes de llegar al mar. Estos flujos de agua dulce oculta transportan nutrientes esenciales y carbonato de la antigua piedra caliza, alimentando las ostras y contribuyendo a su sabor tan característico.
Los propietarios Conor Graham y Mark Commins explican: “Es correcto decir que las conchas fósiles de 330 millones de años contribuyen directamente a las ostras que comemos hoy.” Supervisan cada etapa, desde la purificación y el envasado de las ostras hasta su presentación en sus restaurantes. Su experiencia con las ostras combina la narrativa geológica con prácticas sostenibles.

Vim do Monte – Geoparque Mundial de la UNESCO Estrela, Portugal
En lo alto de las montañas del centro de Portugal, el pueblo de Videmonte se ha desarrollado históricamente en torno al centeno. Bien adaptado a la altitud, el centeno prospera en esta región y ha sido una parte fundamental de la cultura local durante generaciones. La comunidad cosecha, trilla y muele el centeno, en tradiciones que se celebran en un festival anual. En Vim do Monte, el panadero artesanal Manuel Proença perpetúa este legado utilizando la receta de levadura de su madre. En su panadería de piedra de 12 metros cuadrados, hornea pan en un tradicional horno de leña, continuando una práctica profundamente arraigada en la geología y la cultura locales. GEOfood valora este saber hacer intergeneracional como una expresión vital del territorio.

Sandías de Mudeungsan – Geoparque Mundial de la UNESCO Mudeungsan, República de Corea
Las sandías de Mudeungsan se cultivan al pie del monte Mudeungsan desde hace más de 400 años, y en su momento fueron consideradas un regalo preciado para los reyes. Cultivadas a más de 500 metros de altitud, estas grandes sandías de cáscara gruesa se distinguen por su carne roja y brillante, sus semillas blancas y su piel verde sin rayas, lo que les ha valido el nombre local de Puraeng-I ("la verde"). Las cualidades distintivas de la fruta son moldeadas por la geología y el clima de Mudeungsan. Hoy en día, nueve explotaciones en el pueblo de Geumgok trabajan juntas a través de la Asociación de Productores de Mudeungsan para preservar este legado.