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“Hablar con claridad en pro de la igualdad de género”, por la Sra. Ella Yulaelawati, del Directorio de Desarrollo Educativo de la Primera Infancia (Indonesia)

El papel que niñas y niños han de representar en la sociedad y las creencias y expectativas con respecto al género se transmiten mediante el lenguaje verbal y no verbal desde la más tierna infancia.

Es difícil que un niño pueda crecer sin prejuicios y expectativas de género, tanto si se trata de mensajes del tipo “los niños son mejores que las niñas en ciencias” como si se refieren a que “el cuidado de los hijos es una tarea que corresponde a la mujer”. En la mayoría de las culturas, niños y niñas reciben un trato diferente, incluso desde que nacen –los visten con determinados colores y les proporcionan juguetes diferentes, según el sexo-. Los mensajes y las claves que los niños reciben en el hogar y la comunidad suelen verse reforzados por sus amigos, la televisión, los medios de comunicación e incluso por sus propias vivencias escolares.

Recientemente, en la  [5ª Conferencia sobre lengua y educación: El desarrollo sostenible a través de la enseñanza plurilingüe], tuve ocasión de intercambiar impresiones acerca de la necesidad de que los niños reciban oportunidades para promover la igualdad de género desde la primera infancia. Eso es precisamente lo que trata de lograr el centro de educación de la primera infancia que dirijo en Yakarta.

En el centro nos hemos propuesto ofrecer un contexto sensible a las diferencias de género, con cuentos, canciones y materiales visuales libres de estereotipos. A todos los párvulos se les alienta a usar todo tipo de juguetes. Las niñas juegan con camiones en el cajón de arena, los niños les dan el biberón a las muñecas y viceversa. Les enseñamos a ser ellos y ellas mismas, y a imaginar lo que podrían llegar a ser: líderes/lideresas, héroes/heroínas, o mediadores/mediadoras, por ejemplo.

Nuestro objetivo es crear un ámbito seguro en el que tanto los niños como las niñas puedan desarrollarse y expresarse, donde todos sean iguales, reciban los mismos cuidados y sean tratados con respeto. Les otorgamos el mismo tiempo y valor a las experiencias y los sentimientos de los dos sexos y así damos los primeros pasos en el sendero de la igualdad de género.