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La biodiversidad suele ser el “pariente pobre” de los programas escolares. A esta conclusión ha llegado un estudio publicado por la UNESCO poco antes de la Conferencia Mundial sobre la ����ܳ�������ó�� para el Desarrollo Sostenible, celebrada en forma virtual el pasado mes de mayo en Berlín (Alemania).
Titulado Learn for our planet [Aprender por nuestro planeta], este estudio examina a fondo los planes de educación y los programas escolares de unos 50 países. En más de la mitad no se hace ninguna referencia al cambio climático, y solamente en un 19 % de ellos se ha integrado la cuestión de la biodiversidad. En una encuesta realizada en línea con la participación de unos 1.600 docentes y responsables educativos, la tercera parte señaló que los temas relacionados con el medio ambiente no forman parte de los cursos impartidos al profesorado.
De ahí que la UNESCO se haya fijado un nuevo objetivo: lograr que de aquí al año 2025 la educación medioambiental se convierta en un componente esencial de los programas escolares de todos los países. Lo que se pretende es conseguir que todos los alumnos adquieran, desde su más temprana edad, los conocimientos, competencias y valores que se necesitan para generar cambios positivos a favor del planeta.
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