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La Directora General pide que cesen los ataques contra la diversidad cultural en el Iraq

El 2 de noviembre, la Directora General de la UNESCO se reunió en Erbil con representantes de diversas comunidades y minorías iraquíes (entre otras, las comunidades chabaquí, bahaí, yazidí, kakié, sabea mandeísta, asiria y caldea) y miembros y antiguos miembros del Parlamento del Kurdistán y del Consejo de Representantes del Iraq.
En la apertura de la reunión, Irina Bokova expresó su profunda preocupación por la persecución sistemática de que son objeto las comunidades minoritarias y por los ataques contra su patrimonio cultural y religioso, y reiteró su llamamiento para que cese la limpieza cultural perpetrada por grupos extremistas.
La Sra. Bokova agradeció a los representantes presentes en la reunión su valor y su compromiso para hacer frente a esos ataques y proteger los derechos humanos y la dignidad de todos los ciudadanos del Iraq, y expresó la solidaridad y la disposición de la UNESCO a prestarles apoyo.
“Se trata de tentativas intolerables de destruir la diversidad, que es parte del ADN de este país, que testimonia una larga historia de coexistencia y diálogo entre los pueblos y las comunidades, más allá de todas las diferencias culturales y religiosas”, declaró la Directora General.
Irina Bokova se hizo eco de las declaraciones del Secretario General de las Naciones y su Representante Especial, así como del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en las que se afirmaba que esos ataques, la limpieza sistemática y deliberada de los territorios y las brutales matanzas de civiles constituían una violación directa del derecho internacional humanitario y las normas internacionales de derechos humanos.
Al tiempo que reconoció la necesidad urgente de que las comunidades perseguidas recuperen la sensación de seguridad y normalidad, la Directora General destacó la importancia de que esas comunidades conserven sus tradiciones y su cultura, reconstruyendo a la vez el rico tejido social del Iraq. “Estoy aquí para explorar junto con ustedes el camino hacia adelante, el modo en que podemos construir la confianza entre todos los segmentos de la sociedad iraquí, la manera en que los iraquíes pueden convivir en una sociedad respetuosa con la identidad y las expresiones culturales de sus comunidades”, afirmó. “La educación, los medios de comunicación y la protección de la rica diversidad del patrimonio cultural del Iraq son fundamentales para la reconciliación entre los iraquíes. Por eso estoy aquí para escucharlos”, añadió la Directora General.
Irina Bokova destacó su agradecimiento por la función especial que desempeñan las familias y las comunidades de acogida, que, pese a las dificultades, hacen todo lo posible para ayudar, aun a riesgo de ser arrastradas por la crisis.
La conversación con los representantes de las comunidades minoritarias se centró en la experiencia de las violaciones de los derechos humanos, el estigma y la discriminación, antes de la crisis actual y en el transcurso de esta. Muchos de los asistentes a la reunión pusieron de relieve la falta de confianza imperante y el profundo deseo de respeto básico y de regresar a la normalidad.
Las condiciones de las comunidades minoritarias de la diversa población iraquí siguen siendo penosas. Se calcula que, de los 5,2 millones de personas afectadas por la crisis actual, 1,8 se vieron desplazadas únicamente en 2014.
Los grupos en situación de mayor riesgo son las minorías, algunas de las cuales tienen pocos o ningún vínculo establecido con las comunidades de acogida o se han visto atrapadas en zonas de crisis. Además de padecer condiciones de vida extremadamente difíciles, hacinamiento, saneamiento insuficiente y trauma psicosocial, los grupos minoritarios afectados son objeto de persecución por sus creencias religiosas u origen étnico y sufren violaciones de sus derechos humanos básicos, lo que conduce a la pérdida de conexiones y lazos con su entorno cultural de origen.
La crisis actual ha agravado la huida de comunidades minoritarias como los yazidíes, los cristianos, los kurdos faili, los chabaquíes y los turcomanos, además de afectar también a los chiíes y sunitas.
“Al ser un país que ha estado integrado tradicionalmente por numerosos grupos de orígenes culturales y religiosos diversos, el Iraq se encuentra ahora en una encrucijada con graves amenazas para su cohesión y unidad sociales”, dijo la Directora General. “No podemos permitir que esto ocurra. Debemos reconocer la contribución vital que aporta cada comunidad al bienestar de la sociedad en su conjunto y al futuro del Iraq”, terminó diciendo.