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Líneas de Nasca, enigmática obra de la humanidad

, en Palpa, son considerados un extraordinario ejemplo de la expresión astronómica y religiosa de las sociedades prehispánicas que florecieron en la costa sur del Perú, entre el 200 y 600 a.C
A pesar de que las investigaciones continúan, siguen siendo unos de los mayores enigmas de la arqueología. Las líneas cubren alrededor de 450 km2 y pueden llegar a medir hasta 275 metros de longitud.
El complejo de ha sobrevivido intacto por más de dos mil años y presentan una forma inusual de utilización del territorio desértico y una relación única con el medio ambiente natural.
Los antiguos Nasca excavaron y eliminaron sedimentos oxidados y oscuros para exponer superficies más bajas y de color más claro. Se utilizó una tecnología sencilla de trazo para diseñar 800 figuras a gran escala con reconocible precisión geométrica.
Los geoglifos representan flora, fauna, personajes antropomorfos, multizoomorfos y sobrenaturales superpuestos a figuras geométricas de varios kilómetros de longitud.
Gracias a su excepcional diseño sobre la superficie, testimonian una cultura cuya tradición, creencias y pensamiento se desarrollaron en forma independiente en .
El lugar fue transformado en un paisaje altamente simbólico, ritual, social y cultural que permanece visible hasta hoy.
Las líneas de Nasca fueron declaradas como el 17 de diciembre de 1994, señalando que ellas "son el grupo de geoglifos más destacado del mundo y son incomparables en extensión, magnitud, cantidad, tamaño y diversidad con cualquier otro trabajo similar en el mundo”.
Extracto de: Perú Legado, Doce Sitios . Editorial Inteligo 2017, Lima