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Recordar el genocidio de 1994 contra los tutsis con miras a contrarrestar el discurso de odio y prevenir el genocidio

En la escuela primaria a la que asistía Freddy Mutanguha, los docentes obligaban a los niños tutsis a pararse en clases y los maltraban verbalmente llamándoles “cucarachas” o “serpientes”, un lenguaje deshumanizador al que recurrían desde hacía décadas creando de este modo las bases del futuro genocidio. Cuando de niño, el Sr. Mutanguha regresaba a casa de su madre, una maestra de escuela, le preguntaba por qué había escogido ser tutsi.

“Vivíamos en un país con miedo. Todos los adultos han sufrido experiencias de discriminación horribles y hoy en día muchos padres temen por el futuro de sus hijos. Debido a discursos de odio como este, muchos tutsis fueron asesinados”, declaró el Sr. Mutanguha, un sobreviviente que es actualmente director ejecutivo de Aegis Trust, una ONG internacional que trabaja para prevenir el genocidio y otras atrocidades masivas. El Sr. Mutanguha perdió a sus dos padres, a sus cuatro hermanas y a otros miembros de su numerosa familia durante los asesinatos.

Desde el 7 de abril de 1994 y en menos de 100 días, más de 1 millón de personas fueron asesinadas, en su mayoría tutsis, además de otros hutus y twas moderados. Con motivo del Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio de 1994 contra los tutsis en Rwanda, la UNESCO, el representante permanente de Rwanda ante la UNESCO y la Fundación USC organizaron un debate en línea para honrar a las víctimas y a los sobrevivientes, y examinar los vínculos entre el discurso de odio y la incitación a la violencia. 

El discurso de odio en aumento

Hoy en día, los discursos de odio están aumentando en todo el mundo, proliferan en las redes sociales y se han agravado con la pandemia de COVID-19, sacando provecho de las divisiones existentes en cada país en función de la raza, la etnia, el sexo, la religión o la situación socioeconómica. A menudo, estos discursos se promueven con fines políticos, sin tener en cuenta las consecuencias, valiéndose del miedo y de la ignorancia de su auditorio, y en algunos casos incitando a la violencia y a cometer asesinatos.

Debemos recordar, reconocer y comprender mejor el genocidio contra los tutsis, desde el pasado colonial hasta la época posterior a la independencia. En los años anteriores a abril de 1994, los medios de comunicación, tales como la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM) y el periódico Kangura llevaron a cabo campañas sistemáticas de desinformación y odio que deshumanizaban a los tutsis alegando que no eran verdaderos rwandeses.

“Cuando los incitadores lanzaron su misión de eliminar a los tutsis, el discurso de odio ya había desempeñado un papel determinante en la preparación de personas comunes que se sumaron a los asesinatos para aniquilar a los tutsis creyendo que obraban correctamente”, declaró Alice Wairimu Nderitu, asesora especial para la prevención del genocidio de las Naciones Unidas. “Para evitar calamidades como esta tenemos que permanecer atentos ante todas las formas de discursos de odio. Ningún país en el mundo puede considerarse a salvo de que se cometan crímenes atroces”.

La reflexión sobre el genocidio reconoce también que la mayor parte de los miembros de la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas, permanecieron en silencio cuando en realidad la violencia amenazaba desde hacía décadas a los tutsis y durante el diluvio de discursos de odio que tuvo como consecuencia lo ocurrido en 1994.

Todo ese dolor pudo haberse evitado, ya que hubo señales de advertencia, pues la historia del genocidio no comenzó el 7 de abril de 1994”, declaró Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. “27 años después, no hemos extraído todavía plenamente todas las experiencias posibles. En un mundo diferente, en el que las tecnologías propician nuevos vectores para difundir, distribuir e ilustrar las ideologías asesinas, los partidarios de las ideologías extremas pueden utilizar esta tecnología en todas las partes del mundo, algo que acarrea el riesgo de nuevas oleadas de odio”.  

La educación y la alfabetización mediática son clave

La educación, la alfabetización mediática, el aprendizaje del respeto hacia los demás y el diálogo son los cimientos de la resiliencia contra el odio y el sectarismo. En el marco del programa de la UNESCO sobre a la educación para la ciudadanía mundial, la Organización y sus asociados promueven la educación sobre las cuestiones relativas a los pasados violentos y el genocidio para ayudar a que los educandos se conviertan en pensadores críticos, en ciudadanos del mundo responsables y activos que valorizan la dignidad humana y el respeto hacia todos, a rechazar el racismo y otras formas de prejuicios que conllevan a la violencia. Esto incluye el reforzamiento de las respuestas educativas ante los discursos de odio, a la vez que promueve la libertad de expresión, en conformidad con la .

“Estamos aquí para reflexionar sobre el poder de las palabras y los actos”, declaró el Dr. Stephen Smith, de la Cátedra de la UNESCO para la educación sobre el genocidio, y director ejecutivo de Finci-Viterbi de la Fundación Shoah en la Universidad de Carolina del Sur. “Su doble poder para estigmatizar, deshumanizar y polarizar a las comunidades, pero también su poder para congregar a las personas, favorecer la comprensión y tejer relaciones en las sociedades cada vez más divididas”.

Los sobrevivientes del genocidio contra los tutsis han, en numerosos casos, transformado su cólera y su dolor en esfuerzos para construir la paz en el futuro, centrándose en la educación. La Aegis Trust, con sede en Kigali, ha elaborado materiales de aprendizaje sobre el genocidio, que ha compartido con la República Centroafricana, Sudán del Sur, Kenya y otros países. “Los programas educativos para la paz ayudan realmente a los niños de Rwanda a recordar los errores del pasado y a tratar de solucionar los desafíos actuales para preparar el futuro”, afirmó el Sr. Mutanguha. “Es una experiencia de la que el mundo debería sacar lecciones para que podamos construir un mundo mejor para la convivencia de todos”.

En octubre de 2021, la UNESCO y la Oficina de Prevención del Genocidio y de la Responsabilidad de Proteger de las Naciones Unidas organizarán un foro ministerial sobre la lucha contra el discurso de odio mediante la educación.

  • Acción de la UNESCO en materia de

 

© Pierre Antoine Pluquet