Deborah Papannah (27 años), estudiante en artes visuales en la Universidad de Guyana, ha encontrado en la restauración un camino profesional que le permite aplicar su pasión por la pintura y contribuir a preservar el patrimonio. “Quiero dedicarme a la restauración porque es un campo con gran potencial en mi país. Tenemos muchos edificios coloniales y artefactos en museos que podrían beneficiarse”,&Բ;relata. En octubre de 2024 participó en La Habana en un curso de conservación y restauración de pintura mural gracias a una beca del programa Transcultura: Integrando a Cuba, el Caribe y la Unión Europea mediante la Cultura y la Creatividad. Este programa de la UNESCO, financiado por la Unión Europea, contribuye desde 2020 a impulsar la profesionalización del sector cultural y creativo de la región Caribe. Para ello, ha creado un Polo Caribeño de Formación Cultural, el primero de su tipo en la región, integrado por instituciones educativas de reconocido prestigio en Cuba y el Caribe, que ha formado a más de 750 jóvenes de la región a través de cursos presenciales y en línea. “Este curso me ha ofrecido una oportunidad única de adquirir las herramientas necesarias para desarrollarme en este importante trabajo”, defiende Deborah.
El intercambio entre personas y el intercambio cultural están en el corazón de las relaciones de la Unión Europea y el Caribe. Con el programa Transcultura, de la mano de nuestro socio la UNESCO, estamos impulsando estos vínculos e invirtiendo en la fuerza creativa del Caribe, representada por su juventud.
Habilidades para el desarrollo profesional de los jóvenes
Teysha Bradshow (26), de Barbados, tomó parte en septiembre de 2024 en un curso sobre materiales pictóricos y limpieza de pinturas con el objetivo de mejorar sus habilidades profesionales para ejercer su trabajo como conservadora asistente del proyecto Reclaiming Our Atlantic Destiny dirigido a preservar la historia de la esclavitud en su país y toda la región. Afirma que no siempre es fácil encontrar este tipo de talleres en el Caribe. “No hay mucha financiación y recursos disponibles para los jóvenes en este campo, lo que hace que sea muy difícil entrar en la conservación. Así que esta formación es realmente muy importante”, sostiene.
El Polo Caribeño de Formación Cultural articula instituciones del Ministerio de Cultura de Cuba, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y la Universidad de las Indias Occidentales.

A través de este grupo de instituciones, queremos prestar servicios a jóvenes profesionales de las industrias culturales y creativas, de forma que podamos capacitarlos en las temáticas que más necesitan, para trabajar en sus países o para tener sus emprendimientos.
Para ello, las instituciones han conformado un catálogo de más de 60 cursos, en base a una identificación previa de las necesidades formativas de la región en estos temas. Además, Transcultura ha facilitado la compra de materiales y equipamiento para fortalecer las capacidades de las instituciones del Polo en su oferta de cursos al Caribe. Hasta el momento, se han impartido más de 45 talleres especializados (26 en La Habana) en temas como el cine, el diseño, la danza, la música, la artesanía o la restauración. La última ronda concluyó en noviembre de 2024 en La Habana.
A través de esta formación a medida, la UNESCO, la Unión Europea y sus contrapartes en Cuba abren oportunidades a los jóvenes profesionales de la cultura no sólo para que desarrollen sus carreras creativas, sino también para que construyan los futuros sectores creativos de sus países y cuenten su propia historia.
Formación para el emprendimiento creativo y el autoempleo
El fortalecimiento de capacidades y la adquisición de nuevas habilidades no solo amplía los horizontes profesionales y artísticos de los estudiantes, sino que también alientan el emprendimiento creativo, contribuyendo a generar ingresos y empleo. Emilio Perera (35), diseñador de Belice, cuenta ya con un negocio de diseño artesanal con materias primas locales. Con su participación en un curso de diseño de mobiliario pretende ampliar su catálogo de productos.
Ahora que la economía naranja está creciendo, creo que la región de América Latina y el Caribe tiene el potencial para estar a la vanguardia.
Del mismo modo, Massiel González (29), ilustradora de República Dominicana, cree que con las nuevas habilidades adquiridas en el curso de serigrafía tradicional puede encontrar una nueva forma de comercializar sus dibujos. “Creo que lo que aquí puedes aprender, te puede ayudar como emprendedor para buscar nuevas variantes para obtener ingresos”, sostiene.
El Caribe en cada aula
“En Guyana, la comunidad artística es pequeña. Aquí, he conocido a otros artistas caribeños, incluidos muralistas que viven de su arte. Ha sido inspirador”, relata Deborah, la estudiante de pintura mural de Guyana. Y es que, tanto como la formación, estos cursos se destacan por la experiencia cultural que supone compartir el aula con profesionales de otros países e idiomas, que fomenta el aprendizaje mutuo, así como las redes de intercambio y de colaboración. “He hecho contactos con otras personas y hemos hecho planes para colaborar en un proyecto juntos, lo cual me parece hermoso”, afirma Emilio, de Belice.
Contribuyendo a la preservación del patrimonio Caribe
Dentro de la oferta de cursos del Polo, ocupan un papel importante aquellos dedicados a promover la conservación del patrimonio, impartidos por instituciones educativas adscritas a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana que acumula una larga experiencia en la conservación y gestión de su bien inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. “La Habana tiene un historial muy grande de restauración, tiene un patrimonio muy rico que se ha sabido conservar”, argumenta Pamela Martínez (34 años) como razón para elegir formarse en el curso de restauración de la piedra arquitectónica. Además, destaca la proximidad entre Cuba y República Dominicana, tanto en la historia de su patrimonio como en las patologías que presentan los edificios. Pamela trabaja como arquitecta de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental de la República Dominicana, encargada de la conservación de los monumentos del país.

El patrimonio cuenta una historia y al contar esa historia, nuestro pasado define nuestro presente. Para salvaguardar nuestra identidad es necesario salvaguardar el patrimonio.
En la misma línea se expresa Arcquela Beneito (26 años) restauradora de patrimonio mueble de Saint Kitts y Nevis y participante del curso de Preservación de Archivos Patrimoniales. Aunque ella va más allá: “Nuestro país es muy pequeño y especialmente mi isla. Así que esto es solo mi intento de asegurarme de que, pase lo que pase, al menos haya un registro de nosotros que perdure”, sostiene.
La creación de este Polo Caribeño de Formación Cultural no solo ha tenido un impacto inmediato en la capacitación de estos jóvenes, sino que representa una herramienta institucional y de cooperación, que permitirá seguir formando futuras generaciones de profesionales de la cultura en el Caribe.