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Una resoluci¨®n hist¨®rica

El 24 de marzo de 2017 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprob¨® por unanimidad la Resoluci¨®n 2347, centrada exclusivamente en el patrimonio cultural. Naci¨® as¨ª una nueva conciencia de la importancia que se debe otorgar al patrimonio cultural en el ¨¢mbito de la seguridad. Hizo falta siglo y medio para que la idea cristalizara.

Por Catherine Fiankan-Bokonga

La intensificaci¨®n de los conflictos armados desde el decenio de 1980, primero en el Asia Central (Afganist¨¢n), luego en el Oriente Medio (Iraq y Siria) y m¨¢s tarde en el Sahel (Mal¨ª), ha tra¨ªdo consigo un aumento de las destrucciones de sitios hist¨®ricos por parte de grupos terroristas y una explosi¨®n del tr¨¢fico de bienes culturales. La comunidad internacional ha reaccionado en¨¦rgicamente contra la demencia destructora del autodenominado Estado Isl¨¢mico del Iraq y el Levante (EIIL), dot¨¢ndose con m¨¢s instrumentos para proteger la memoria cultural de la humanidad. En 2017 ha expresado al un¨ªsono su voluntad de proteger el patrimonio cultural mundial, aprobando por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU la , que reconoce oficialmente que la defensa de ese patrimonio es un imperativo de la seguridad.

Se ha necesitado mucho tiempo para que la idea primigenia de declarar inatacables los bienes culturales en tiempos de guerra se plasme en esta decisi¨®n hist¨®rica que atestigua la existencia de una nueva conciencia mundial del papel de la cultura en la seguridad.

Todo empez¨® a finales del siglo XIX. El 27 de julio de 1874, 15 Estados europeos se reunieron en Bruselas (B¨¦lgica) para examinar un proyecto de acuerdo internacional sobre las leyes y costumbres de la guerra. Un mes m¨¢s tarde adoptaron una Declaraci¨®n cuyo establec¨ªa que, en tiempos de guerra, ¡°toda aprehensi¨®n, destrucci¨®n o degradaci¨®n intencional [¡­] de monumentos hist¨®ricos o de obras del arte y de la ciencia, deber¨¢ ser perseguida y castigada por las Autoridades competentes¡±.

Veinticinco a?os m¨¢s tarde, en 1899, se convoc¨® por iniciativa del zar Nicol¨¢s II de Rusia una Conferencia Internacional de Paz en los Pa¨ªses Bajos para revisar la nunca ratificada Declaraci¨®n de Bruselas de 1874 y adoptar una Convenci¨®n y un Reglamento relativos a las leyes y costumbres de la guerra.

Este texto har¨¢ evolucionar considerablemente el derecho nacional y sentar¨¢ el principio de inmunidad de los bienes culturales. En efecto, el ´¡°ù³Ù¨ª³¦³Ü±ô´Ç 27 de su Reglamento precisa: ¡°En los sitios y bombardeos se tomar¨¢n todas las medidas necesarias para favorecer, en cuanto sea posible, los edificios destinados al culto, a las artes, a las ciencias, [¡­] a condici¨®n de que no se destinen para fines militares. [¡­] Los sitiados est¨¢n en la obligaci¨®n de se?alar esos edificios o lugares de asilo con signos visibles¡±.

Tres decenios despu¨¦s, en 1935, en el , un convenio panamericano sobre protecci¨®n de monumentos hist¨®ricos e instituciones art¨ªsticas y cient¨ªficas, se formul¨® la idea de que los bienes culturales se deben ¡°preservar [¡­] en cualquier ¨¦poca de peligro¡± porque ¡°forman el tesoro cultural de los pueblos¡±.

Convenciones y juicios hist¨®ricos

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se dio un paso adelante decisivo. En 1948, los Pa¨ªses Bajos presentaron a la UNESCO un anteproyecto de nueva convenci¨®n internacional para proteger los bienes culturales en los conflictos armados. La Organizaci¨®n inici¨® de inmediato los tr¨¢mites para redactar un nuevo tratado, que se adopt¨® en 1954 en la ciudad neerlandesa de La Haya.

¡°Salvaguardia¡± y ¡°respeto¡± son las palabras clave de la  y su Protocolo. En ella se dice que ¡°los da?os ocasionados a los bienes culturales pertenecientes a cualquier pueblo constituyen un menoscabo al patrimonio cultural de toda la humanidad, puesto que cada pueblo aporta su contribuci¨®n a la cultura mundial¡±. El texto tambi¨¦n prev¨¦ que ¡°podr¨¢n colocarse bajo protecci¨®n especial un n¨²mero restringido de refugios destinados a preservar los bienes culturales mueble en caso de conflicto armado, de centros monumentales y otros bienes culturales inmuebles de importancia muy grande¡±, y a?ade que los Estados Partes en la Convenci¨®n ¡°se comprometen a garantizar la inmunidad de los bienes culturales bajo [dicha] protecci¨®n especial¡±.

Ese mismo a?o, 1954, Egipto decidi¨® construir la Gran Presa de Asu¨¢n, lo que supon¨ªa anegar el valle alto del Nilo y numerosos monumentos de Nubia con 3.000 a?os de antig¨¹edad. A petici¨®n de este pa¨ªs y del Sud¨¢n, la UNESCO llev¨® a cabo entre 1960 y 1980 una de las campa?as de salvaguardia m¨¢s espectaculares de la Historia para proteger esos monumentos. La fue el germen de la  (1972) por la que se establecieron la  y la . En esta ¨²ltima se pueden inscribir bienes culturales y naturales en situaciones de peligro grave, como conflictos armados que han estallado o corren riesgo de estallar.

Gracias a esos instrumentos jur¨ªdicos y a la cooperaci¨®n con la UNESCO, el pudo condenar en 2004 a siete a?os de c¨¢rcel a , comandante de la Marina yugoslava. Fue la primera sentencia judicial por destrucci¨®n deliberada del patrimonio cultural. Entre primeros de octubre y finales de diciembre de 1991, este militar orden¨® lanzar centenares de obuses sobre la , que se inscribi¨® ese mismo a?o en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.

Debido a ese tipo de conflictos, la UNESCO y varios Estados Partes en la Convenci¨®n de 1954 revisaron su texto y elaboraron un , adoptado en 1999. Este protocolo estableci¨® un nuevo sistema de protecci¨®n reforzada, seg¨²n el cual el patrimonio cultural de mayor importancia se debe proteger tambi¨¦n con una legislaci¨®n nacional adecuada que reprima con penas proporcionadas las violaciones graves de la Convenci¨®n, esto es, ataques, robos, saqueos y actos de vandalismo, especialmente los perpetrados contra los bienes culturales m¨¢s protegidos.

M¨¢s recientemente, en 2016, la declar¨® culpable de crimen de guerra al yihadista maliense Ahmad Al Faqi Al Mahdi, conden¨¢ndole a nueve a?os de c¨¢rcel por haber destruido en 2012 diez lugares de culto en , cuando esta ciudad se hallaba en poder del Ansar Dine, un grupo vinculado a Al Qaeda. Se trata de un veredicto hist¨®rico porque antes nunca se hab¨ªa considerado que la destrucci¨®n del patrimonio cultural fuera un crimen de guerra (v¨¦ase p¨¢g. 18).

Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, recuerda al respecto que ¡°inmediatamente despu¨¦s de las destrucciones, la UNESCO recurri¨® a la CPI para que los cr¨ªmenes perpetrados en Mal¨ª no quedaran impunes¡±. La Organizaci¨®n tom¨® diversas medidas, desde suministrar a las fuerzas armadas datos topogr¨¢ficos para evitar destrucciones hasta reconstruir los mausoleos da?ados. Por primera vez en la Historia se incluy¨® la salvaguardia del patrimonio cultural de un pa¨ªs en el mandato de una misi¨®n de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. En virtud de su , el Consejo de Seguridad encarg¨® a la Misi¨®n Multidimensional Integrada de Estabilizaci¨®n de las Naciones Unidas en Mal¨ª (MINUSMA) la tarea de ¡°proteger contra posibles ataques los lugares de importancia cultural e hist¨®rica de Mal¨ª, en colaboraci¨®n con la UNESCO¡±.

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La idea de crear un patrimonio cultural mundial de la humanidad tuvo su origen en la famosa ¡°Campa?a de Nubia¡±, coordinada por la UNESCO en el periodo 1960-1980.

El cambio profundo de 2015

En 2015, la actitud de la comunidad internacional respecto al patrimonio cultural cambi¨® profundamente. Alentados por la UNESCO, unos 50 pa¨ªses del Consejo de Seguridad adoptaron en febrero la para impedir el comercio de bienes culturales procedentes de Iraq y Siria (v¨¦ase p¨¢g. 12). ¡°Esa Resoluci¨®n reconoce que el patrimonio cultural se halla en primera l¨ªnea de los conflictos actuales y desempe?a un papel de primer plano en la restauraci¨®n de la seguridad y en la construcci¨®n de una respuesta pol¨ªtica a la crisis¡±, declar¨® en aquel momento la Directora General de la UNESCO.

Un mes m¨¢s tarde, convencida de la eficacia de la ¡°fuerza tranquila¡± de la UNESCO, Irina Bokova inaugur¨® en Bagdad (Iraq) la campa?a ¡°¡± con vistas a agrupar a los j¨®venes del mundo para defender los valores del patrimonio cultural y protegerlo.

El 1? de septiembre de 2015, el Instituto de las Naciones Unidas para Formaci¨®n Profesional e Investigaciones (UNITAR) public¨® que mostraban c¨®mo los yihadistas del EIIL hab¨ªan dinamitado en (Siria) el templo de Baal, borrando as¨ª del mapa el santuario principal de este sitio del patrimonio mundial. Enseguida Italia sugiri¨® a la Asamblea General de las Naciones Unidas que se constituyeran unidades de ¡°Cascos azules de la cultura¡±, y en febrero de 2016 firm¨® un acuerdo con la UNESCO para crear la primera del mundo encargada de proteger el patrimonio cultural en situaci¨®n de emergencia. Esa unidad est¨¢ integrada por expertos civiles y carabineros italianos especializados en la lucha contra el tr¨¢fico il¨ªcito de bienes culturales.

Diez meses despu¨¦s, en diciembre de 2016, los Emiratos ?rabes Unidos y Francia organizaron en Abu Dabi, bajo los auspicios de la UNESCO, una Conferencia Internacional sobre la Protecci¨®n del Patrimonio Cultural en Zonas de Conflicto, a la que acudieron m¨¢s de 40 pa¨ªses. Los asistentes reiteraron su ¡°voluntad com¨²n de salvaguardar el patrimonio cultural en peligro de todos los pueblos, contra su destrucci¨®n y su tr¨¢fico il¨ªcito¡±, y recordaron que las sucesivas convenciones adoptadas desde 1899 ¡°imponen proteger las vidas humanas y los bienes culturales¡±.

Irina Bokova declar¨® entonces que se estaba esbozando ¡°un nuevo paisaje cultural¡± y estaba aflorando ¡°una nueva conciencia mundial¡± y que asist¨ªamos al nacimiento de ¡°una nueva visi¨®n de los v¨ªnculos entre la paz y el patrimonio¡±. Esa convicci¨®n se ver¨ªa muy pronto corroborada, cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones adopt¨® por unanimidad, el 24 de marzo de 2017, la .

Esa resoluci¨®n se sit¨²a en la l¨ªnea de la conferencia internacional de Abu Dabi y retoma dos de sus conclusiones importantes en el plano operativo: la creaci¨®n de un fondo internacional y de una red de ¡°lugares seguros¡± para los bienes culturales amenazados. Tambi¨¦n denuncia los v¨ªnculos existentes entre el tr¨¢fico de bienes culturales y la financiaci¨®n de grupos terroristas y, por ende, los lazos entre el crimen organizado y el terrorismo.

Por primera vez en la historia, una resoluci¨®n de las Naciones Unidas aborda el conjunto de amenazas que se ciernen sobre el patrimonio cultural, sin limitaci¨®n geogr¨¢fica y sin distinciones respecto a la identidad de los autores de ¡°delitos culturales¡±, ya sean grupos terroristas identificados en las listas de la ONU u otras entidades armadas.

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El templo de Baal, uno de los monumentos m¨¢s emblem¨¢ticos del sitio cultural de Palmira (Siria), antes y despu¨¦s de ser destruido por el EIIL en agosto de 2015.

Catherine Fiankan-Bokonga

Nacida en Ginebra (Suiza), de madre belga y padre oriundo de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Catherine Fiankan-Bokonga es directora la revista suiza Klvin Mag, corresponsal en Suiza del canal France 24 de informaci¨®n internacional, y productora y presentadora de reportajes televisivos.

Cultura para construir la paz
Octubre-Diciembre 2017
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