Asunción, PARAGUAY - La emoción embarga a Dalma Ferreira al cruzar el portal de la pequeña casa que vio crecer a José Asunción Flores, creador de la guarania. "Estoy pisando el mismo lugar donde él estuvo correteando cuando era un niño akãhatã (travieso en guaraní), sin saber que iba a ser un personaje tan emblemático de la música paraguaya", expresa la cantante.
Mientras explora cada rincón de la vivienda, hoy convertida en museo en Punta Karapá, en el barrio conocido como Chacarita, Dalma celebra el , declarado este 2025.
El género musical, concebido por Flores y reconocido como , ha sido la banda sonora de la vida de esta joven. Sus primeros años estuvieron musicalizados por guaranias en reuniones familiares, lecciones de guitarra, festivales del colegio y presentaciones del coro de la parroquia y la universidad.
Esta conexión temprana floreció hasta convertirse en una pieza fundamental de su repertorio como cantante profesional al frente de la agrupación .
"Recuerdo que estando en el colegio el profe de Guaraní nos enseñó por primera vez una guarania que se llama Ñane Aramboha (nuestra almohada en guaraní). Nos explicó qué decía la letra en guaraní y el mensaje que quería dar su autor. Para mí fue un despertar, lo que se dice amor a primera vista por nuestra cultura y nuestra música".
Desde entonces, Dalma ha hecho del folclore paraguayo, y en particular de la guarania, su bandera personal. "Quiero mostrar a todo el mundo la belleza de la música de mi patria y de mi gente. Eso es lo que me motiva a cantar y a tocar música paraguaya", afirma. Su compromiso va más allá de la interpretación, ya que también se recibió de profesora de Lengua y Cultura Guaraní en el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní, institución que reconoció su labor en el 2019 con la distinción Guarani Angirū (Amiga del alma del guaraní).

La música como pilar transformador
La música también ha sido un pilar transformador en la historia de Dalma, especialmente durante su adolescencia, cuando enfrentó el bullying. "Me sentía menos que los demás, mi autoestima estaba muy pisoteada". Sin embargo, encontró en la música su refugio y su fuerza. Las clases de guitarra se volvieron "el lugar seguro que buscaba" y la fueron empoderando.
Hoy, no solo se desenvuelve en escenarios locales e internacionales, sino que también utiliza su figura de líder de Bohemia Guaraní para ser una voz de las mujeres paraguayas. Ha llegado al Festival Chamamé de las Mujeres en Corrientes (2023). "Fue una oportunidad para llevar la esencia de Paraguay a nuevos públicos y reafirmar mi compromiso con las mujeres y nuestra música", declara.
A sus congéneres, en particular a aquellas en situación de violencia o de vulnerabilidad, les recuerda acudir a redes de apoyo (familia, amigos, instituciones). "Pedir ayuda no es sinónimo de debilidad, sino de empoderamiento, de fortaleza, de saber que las personas nos necesitamos", destaca, promoviendo un mensaje de solidaridad y resiliencia.
Perseverar, perseverar…
A quienes, como ella, sueñan con una carrera en la música, les anima a perseverar. "El camino no es fácil —advierte— cuando una quiere conseguir algo realmente valioso. Porque todo lo que cuesta conseguir es lo que marca la diferencia, es lo realmente valioso".
Su consejo es claro: no importa cuántas dificultades surjan, hay que seguir luchando por ese sueño, por muy difícil que parezca. "Si la música realmente es tu pasión y lo que mueve tu corazón, vas a llegar", asegura.
Esta historia forma parte de la campaña #Quiero vivir así #SinViolencia, una iniciativa conjunta del UNFPA y aliados como la Secretaría Nacional de Cultura, que difunde mensajes sobre la prevención de la violencia hacia las mujeres.
Artistas como Dalma nos ayudan a demostrar el poder transformador de la educación y el fortalecimiento de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres en la construcción de un mundo sin violencia.
Equipo de redacción: Carolina Ravera Castro/Agencia PRessencia.
Fotografías: Mario Achucarro Video: Nicolás Ayala.